Cada acción de caza comienza mucho antes de que el primer cazador llegue al monte. Diseñar una montería, un rececho o una espera implica observar el terreno, estudiar las rutas de los animales y conocer las costumbres del campo a fondo.

El diseño técnico incluye la ubicación exacta de los puestos, el trazado de las armadas, el movimiento de las rehalas y el control de accesos. Todo se hace con un enfoque práctico y seguro, priorizando el éxito, pero también el equilibrio y la ética.

Además, adaptamos cada planteamiento al perfil del grupo: no es lo mismo una jornada social entre amigos que una montería de alto nivel con expectativas elevadas. Entendemos al cazador porque somos cazadores, y eso se nota en cada decisión.

No dejamos nada al azar. Realizamos simulaciones, revisiones y ajustes antes de cada jornada para asegurar que todo fluya con naturalidad. Incluso después del evento, analizamos los resultados para seguir mejorando.

El objetivo es que el cazador solo tenga que disfrutar. Lo demás, ya lo hemos previsto.