No se puede gestionar lo que no se conoce. Por eso, el control y seguimiento de la fauna es una de nuestras prioridades desde el primer momento. Realizamos censos detallados de las especies cinegéticas mediante técnicas visuales, acústicas y tecnológicas.

Cada conteo nos da información clave sobre la salud de la población, su comportamiento, sus desplazamientos y su distribución en el territorio. Esta información no solo sirve para planificar el aprovechamiento, sino para detectar desequilibrios, enfermedades o zonas en declive.

Nuestro enfoque es científico y a la vez práctico. Analizamos los datos y los traducimos en acciones reales sobre el terreno: reforzar zonas, restringir otras, actuar con más o menos intensidad según el estado de las especies.

Además, el seguimiento continuo permite adaptar los planes de caza con flexibilidad, garantizando un uso racional y ético del recurso. No trabajamos con estimaciones: trabajamos con certezas.

Porque conocer la fauna es el primer paso para protegerla, aprovecharla bien y asegurar que el monte siga vivo para las futuras generaciones.